Diciembre en Paris! ....






Diciem­bre en París es un mes fre­né­ti­co, en el que podrás vivir toda la eufo­ria pre­via a las fies­tas de final de año, cuan­do la ruti­na y el pul­so de la ciu­dad se alte­ran. A pesar del frío, hay muchas cosas que hacer en las calles, todo es más bri­llan­te y, para­dó­ji­ca­men­te, más aco­ge­dor.

Pari­si­nos y turis­tas se pre­pa­ran para la Navi­dad, una cele­bra­ción que tie­ne mucho que ver con el invierno, con la inti­mi­dad y el calor de la fami­lia y ami­gos.

Qué hacer en diciembre en París

Pero, ¿qué hacer en diciem­bre en París? Para que te hagas una idea, voy a dar­te unas suge­ren­cias de cosas que ver en una esca­pa­da a París en diciem­bre.

Imprescindible.

Si via­jas a París en diciem­bre, no te pue­des per­der…

  • Las luces de Navi­dad. Como no podía ser de otra mane­ra, la ciu­dad de la luz bri­lla aún más en diciem­bre con las ilu­mi­na­cio­nes de Navi­dad que ya deco­ran las calles de París en estas fechas. Ade­más de la ilu­mi­na­ción espec­ta­cu­lar que lucen duran­te todo el año monu­men­tos y puen­tes emble­má­ti­cos de París, en épo­ca navi­de­ña las ave­ni­das más impor­tan­tes y boni­tas de la ciu­dad se enga­la­nan con luces y deco­ra­cio­nes de Navi­dad espe­cial­men­te para las fies­tas. Te reco­mien­do un paseo noc­turno por las ave­ni­das de los Cam­pos Elí­seos y Mon­taig­ne y tam­bién visi­tar la Pla­za de la Con­cor­dia con su gran noria pano­rá­mi­ca situa­da al comien­zo del Jar­dín de las Tulle­rías.
  • Los mer­ca­dos temá­ti­cos. En esta épo­ca sue­len pro­li­fe­rar mer­ca­di­llos de tem­po­ra­da por todo París que acer­can a la capi­tal todo el encan­to de las peque­ñas ciu­da­des fran­ce­sas. Es el momen­to de ir con toda la fami­lia a dar una vuel­ta a los mer­ca­dos y ferias navi­de­ñas de París, don­de es tra­di­ción comer cas­ta­ñas asa­das (marrons) y tomar vino calien­te.
  • Las pis­tas de pati­na­je sobre hie­lo. Nor­mal­men­te vin­cu­la­das a los mer­ca­dos de Navi­dad, las pati­noi­res son el diver­ti­men­to favo­ri­to, tan­to de pari­si­nos como visi­tan­tes, que se lan­zan a pati­nar con la lle­ga­da del invierno. Para aque­llos que no pue­dan hacer una esca­pa­da a la nie­ve, las pis­tas de hie­lo de París son la mejor alter­na­ti­va, …y la más diver­ti­da.
  • Las com­pras y los esca­pa­ra­tes de los gran­des alma­ce­nes. Dar y reci­bir rega­los es par­te de la Navi­dad, y en la capi­tal del lujo se pue­den cum­plir casi todos los deseos. Bas­ta tener (mucho) dine­ro para pagar­los. Pero quie­nes mane­je­mos pre­su­pues­tos algo más modes­tos aún podre­mos dis­fru­tar del lujo y sofis­ti­ca­ción con­tem­plan­do los her­mo­sos esca­pa­ra­tes de Navi­dad de los gran­des alma­ce­nes de París, como Gale­ries Lafa­yet­te y Prin­temps en el bule­var Hauss­mann. Ade­más de extre­ma­da­men­te crea­ti­vos y bien eje­cu­ta­dos, los esca­pa­ra­tes navi­de­ños de París nos mues­tran diver­ti­das y entre­te­ni­das esce­nas que con­se­gui­rán emo­cio­nar al niño que lle­va­mos den­tro.
  • Las comi­das pesa­das y polí­ti­ca­men­te inco­rrec­tas. Como ape­ri­ti­vo, foie gras de la mejor cali­dad, o una doce­na de ostras. Como pla­to prin­ci­pal, relleno de pavo de cas­ta­ñas por­tu­gue­sas (marrons) u otras aves como el capón, pollo de corral con una car­ne más fina y gra­sa. Para la sobre­me­sa el pos­tre tra­di­cio­nal bûche de noël (tron­co de Navi­dad) un pas­tel en for­ma de tron­co. Todos ellos selec­tos man­ja­res de la coci­na fran­ce­sa.
  • El cham­pag­ne. Uno de los mayo­res sím­bo­los de Fran­cia, el cham­pán abre la noche de Navi­dad con esti­lo, y se acos­tum­bra a ser­vir al final de la comi­da, en la sobre­me­sa. Es el momen­to de brin­dar y agra­de­cer.


Este año, más que nun­ca, la Navi­dad es un momen­to de refle­xión y de con­fra­ter­ni­za­ción, para cele­brar la vida y el amor.

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